Quiero felicitarte, a vos que me estás leyendo.
Voy a jugar a adivinar quién me lee. Y voy a felicitar a esos entes que visualizo en mi pelada cabeza. Pero también, la felicitación va para vos.
Pienso en este profesor de psicología, con una nena de cuatro añitos que adora como si fuera lo único en el mundo, que todos los días genera valor con su código y conocimientos a start-ups de inteligencia artificial. A vos te quiero felicitar, la rompés.
Quiero felicitar a esa contadora ojerosa, que trabaja hasta las dos de la madrugada conciliando cajas de sus despistados y evasores clientes, cuyo ingreso sólo le alcanza para pagarse un helado como recompensa. Para vos, también, felicitaciones.
No me olvido tampoco de esa kiosquera que trabaja en los turnos que el dueño del comercio dispone (muchas veces arbitrarios), con la esperanza que ese dueño contrate a alguien más para permitirle estudiar y hacer crecer la economía desde otro lugar. Gracias por esa sonrisa diaria a pesar de todo.
A vos, estudiante de sistemas, gordo programador, que encuentra en su curiosidad tecnológica su vocación, y por qué no, la forma de que sus viejos tengan un buen pasar, con asados y cervezas. Dale crack, estás cerca.
Felicito a la maestra que pasó horas de su vida viajando a una precaria escuela, para que los pibes a los que enseña se puedan olvidar un rato de las penurias del hogar, para pensar, si la panza lo permite, en un futuro no tan lejano ser astronautas.
Y vos carpintero, que le dedicás esfuerzo y detalle a cada pieza que ponés en su lugar para formar un mueble, que vas a cargar a tu vehículo, y que cuando llegues a entregarle a tu cliente, va a querer negociarte un precio menor al que habían pautado. Si, para vos también, felicitaciones.
Gracias, de verdad, por hacer crecer al país donde crecí, que me permite trabajar de lo que me gusta, y tener un lugar donde puedo escribir libremente mis opiniones.
Porque el espectáculo es injusto y los protagonistas de la fiesta son, a mi humilde entender, equivocados.
¡Suscribite al newsletter!
Desde Ánima queremos ayudar a una fundación sin fines de lucro que promueve el aprendizaje de las personas que menos tienen.
Por eso, toda donación recibida durante 2024 será donada a la Fundación Fonbec, que podés investigar acá.
Compartiendo la nota, dando like o comentando abajo, nos ayudás un montón. También aportás suscribiéndote a nuestro canal de YouTube.