Salvo que seas un embajador designado en nuestro país, la realidad es una sola: si estás dentro de los límites del Territorio Argentino, vivís bajo las reglas del Estado Argentino. Puede que esto sea difícil de entender para algunos, pero es lo fundamental de ser un ciudadano de este país. Lo mismo pasaría si vivieras en España: sos un vasallo del Rey.

La gente a la que le comprás la comida, que saludás a diario, tus compañeros de club, todos ellos son directamente afectados por la situación y legislación del País.

Me resultan extrañas algunas afirmaciones de periodistas y público general, queriendo que el recién ungido Presidente por el voto popular de nuestra Democracia, tenga un pésimo mandato, deseando que a Argentina “le vaya mal”.

Es evidente que estas personas viven en una realidad mental paralela, donde se sienten “salvados” o contenidos por su entorno cercano.

Quizás es en su burbuja ideológica donde, si no es con su partido, el argentino no merece felicidad ni progreso. Una locura más salvaje que la que le aducían al propio Presidente de la Nación. Y así hay muchos.

Una negación absoluta donde se aduce que si no es con ellos se perderán derechos, mientras niegan sistemáticamente que el que trabaja es constantemente más pobre.

El ahora ex-presidente se jactaba de hacer crecer el empleo, pero olvidó decir que es cada vez de peor calidad.

El 2001

Un buen amigo me comparaba la situación del 2001 con la actual. “La gente hoy come”. Y tiene razón, polenta, pero come. Les prometieron asado. Como mencionamos y según todos los indicadores, el empobrecimiento era sistemático, sin plan alguno de recuperación. Y con una administración pésima.

El salario de un docente hace 25 años ha caído, en importe en dólares y sin inflación mediante, alrededor del 45%.

Podíamos estar peor que en el 2001 si nadie agarraba el palo caliente. Porque al menos, en 2001 quien laburaba estaba “bien”. Si ni el laburante pudiera comer… ¿Podés imaginarte?

Los derechos

Quizás, muchos de estos opinólogos antihumanos sean de Buenos Aires y olviden la situación de Rosario, donde desde 2019 hasta ahora los homicidios casi se duplicaron. ¿Querés indignarte más? Solamente buscá el costo del boleto del colectivo en Gran Buenos Aires y CABA.

¿No les afectará la inflación? ¿La pobreza? ¿La inseguridad?

Mueren más mujeres. El 16% de los estudiantes del secundario lo terminan en tiempo y forma. Los chicos no saben comprender textos ni hacer reglas de tres simple. Alquilar es una odisea.

Faltan cumplir derechos elementales. Enormes deudas de la Democracia. Y la gente votó queriendo recuperarlos.

Debo entonces, en base a todas las carencias enumeradas arriba y muchas otras que están faltando, desearle a Javier Milei que tenga un buen gobierno, y que deje el País mejor de lo que está.

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Mis miedos

Me preocupan ciertas expresiones, en las antípodas del modernismo, sobre la libertad de género, vertidas por Victoria Villarruel. Debería haber pedido disculpas. Y excluirse de cualquier opinión. Entiendo le faltan fundamentos.

También me preocupan ciertos cambios que se quieren hacer con la indemnización de los empleados. Dicho esto, en Estados Unidos o países del “primer mundo”, si bien el corte es inmediato, se negocian “paquetes de terminación”, donde el empleado recibe cobertura médica y parte de su salario por un tiempo. No pasa en todas las industrias ni en todos los puestos, pero es esperable que el mercado quiera retener talento por esta vía. Aunque siempre me dio miedo el empresario local.

Y claro está, no se puede renunciar al reclamo de Memoria, Verdad y Justicia.

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Martín Longo

Director de Ánimadata y Business Intelligence Engineer. Quemadísimo, escribo acá mis opiniones.