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Hace poco hablaba con una gran amiga sobre una empresa donde trabajamos juntos. Estábamos en un sector de trabajo donde coincidíamos en dos cosas:

  1. Las chicas que entraban a trabajar al área tranquilamente podrían ser consideradas modelos
  2. Dos jefes eran hombres a los que les encantaba pasar tiempo con esas chicas

Las chicas, al darse cuenta de esto, empezaban a encontrar estrategias para alejarlos o utilizarlos a su conveniencia. Con conocimiento de causa, puedo afirmar que pocas cosas son más manipulables que un hombre obsesionado.

Pobre aquel hombre que considere que haciendo un favor, se ganará el corazón de una mujer.

Un buen líder en una organización debe ser impecable en lo moral, controlar sus deseos, y mantener un discurso constante y coherente. Apresurar a alguien que no está preparado a tomar una posición de liderazgo -y privilegio- puede hacer un daño permanente al prestigio de una organización.

En estos últimos días, nos hemos encontrado con la no sorpresa que, quien fue nuestro ex-presidente, está investigado de corrupción y de violencia física y mental contra quien fue su compañera de vida. Sumado a esto, como a un viejo que acaba de consumir una dosis de viagra, grabó un video con una señorita de buena apariencia y nula moral, mientras el resto de nosotros, en ese entonces, estábamos encerrados en nuestras casas.

Sobre la violencia física y mental que Fabiola Yáñez aduce haber sufrido, no soy perito, ni médico, ni tengo los celulares para decir que las pruebas son contundentes. Deberá actuar la Justicia con la mayor celeridad posible. Eso sí: revictimizar a Fabiola con las fotos explícitas subidas por TODOS Y CADA UNO DE LOS MEDIOS DEL PAÍS habla de las poquísimas ganas de éstos de ser útiles a la sociedad, y la necesidad de vender una impresión de un sitio web.

De este tipo ya se sabían varias cosas: sus declaraciones en radio y televisión, sus tweets y su posición contra quien era la referente del espacio que representaba. deberían haber sido un claro indicio de qué clase de ser humano era Alberto Fernández.

Dos visiones

Juan Grabois, un tipazo que vale la pena escuchar, decía lo siguiente en un tweet:


“…Hay algunas exfuncionarias – que le decían en la cara a las compañeras “este ministerio no atiende víctimas” cuando pedían ayuda- que no practicarán el machismo, pero sí un clasismo y una frivolidad repugnante. Tienen la cara de hormigón armado. Gente que nunca hizo nada (gratis) por nadie, pero ni les dio vergüenza ser albertistas antes para usufructuar algún cargo ni les da vergüenza pontificar ahora cómo si fueran héroes de la patria. Así opera la muy conveniente deconstrucción de cualquier sentido de culpa y responsabilidad. (Desde luego, nada de eso anula la necesidad de instituciones y políticas públicas para las mujeres. Si sos buena leche, cuando algo anda mal, criticás para mejorar no para destruir).

YO NO ME ENTERÉ HOY DE QUE ALBERTO FERNÁNDEZ ERA ALBERTO FERNÁNDEZ. DE LOS INMORALES USUALMENTE SALEN ACCIONES INMORALES. SI NO ES ESTO, ES OTRA COSA. ALCOYANA ALCOYANA. VOS TAMPOCO TE ENTERASTE HOY COMPAÑERO DIRIGENTE O EXFUNCIONARIO. NO TE HAGAS EL GIL….”

De esta honestitud del corazón, tenemos que pasar a este discurso egolatra y enfermizo de Cristina Fernández de Kirchner, quien puso al “señor” Fernández en el sillón de Rivadavia:


Alberto Fernández no fue un buen presidente. Tampoco lo fueron Mauricio Macri o Fernando De La Rúa, sólo por mencionar a los que desempeñaron su mandato en lo que va del siglo XXI. Seguramente la lista sería más larga si extendiéramos la cronología.

Pero las imágenes que vimos ayer por la noche transmitidas por los medios de comunicación en virtual cadena nacional, en lo que constituye una verdadera revictimización de la denunciante, SON OTRA COSA.

Las fotos de la Sra. Fabiola Yañez con hematomas en su cuerpo y rostro junto a los chats publicados que revelan el diálogo entre ella y el ex Presidente, no sólo muestran la golpiza recibida, sino que delatan los aspectos más sórdidos y oscuros de la condición humana. Permiten comprobar, una vez más y dramáticamente, la situación de la mujer en cualquier relación, se desarrolle ésta en un palacio o en una choza. La misoginia, el machismo y la hipocresía, pilares en los que se asienta la violencia verbal o física contra la mujer, no tienen bandera partidaria y atraviesan a la sociedad en todos sus estamentos.

En lo personal y como mujer que ha sido objeto (y lo sigue siendo) de las peores violencias verbales y políticas, hasta la máxima experiencia de violencia física, como fue el intento de asesinato del 1 de septiembre del 2022, expreso mi solidaridad con todas las mujeres víctimas de cualquier tipo de violencia, sin olvidar las palabras que Francisco me dijo al día siguiente de aquel hecho: “toda violencia física siempre es precedida de violencia verbal.”

“Lo sabíamos pero no había nada mejor” contra “a este no lo conozco y soy una víctima”.

¿Desde qué punto puede una organización crecer, y ser diferente y mejor? Juan propone mejorar al peronismo al “no hacerse los giles”, mientras Cristina, al igual que todo el aparato partidario, quiere cortarlo como si fuera un brazo con gangrena, decir que son mejores y víctimas de sus mentiras, y hacer de cuenta que no pasó nada. Esconder al muerto abajo de la alfombra.

Te doy, me das

Fueron varios los que aceptaron favores de este “señor”. Cristina, se dice, quería que Alberto la ayudara a limpiar sus causas judiciales: tiene una condena de 6 años que aún no está firme por administración fraudulenta. Héctor Martínez Sosa, uno de sus mejores amigos, está investigado por cobrar comisiones de seguros, por la intervención de Alberto, también involucrado en la causa. Tamara Pettinato usó a este personaje para salir a escabiar mientras había tipos cuyos hijos de morían en sus brazos culpa del Covid.

Y ni hablemos del enorme aparato estatal innecesario que se fue desmantelando en estos meses.

¿Es necesario seguir enumerando?

Al inmoral lo querían los inmorales. Se hacen los sorprendidos.

La sorpresa no existió.



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Martín Longo

Director de Ánimadata y Business Intelligence Engineer. Quemadísimo, escribo acá mis opiniones.