No es ningún misterio que las cosas no son lo que eran hace un año atrás en sistemas. Hace un año, las empresas absorbían cuanto empleado sepa asignar una variable. Hoy la cosa pinta mucho más difícil, buscando roles que “se adapten” al negocio. El famoso “de la crisis se sale trabajando”. Y con un par de ACVs encima.
La cuestión es la siguiente: el mundo está en recesión. No hay guita. Para colmo de males, la pandemia disparó los costos del dinero. Los préstamos en Estados Unidos estaban más baratos hace un año que ahora, y había más dinero para arriesgarse. Eso se terminó. La guita para riesgo está bastante restringida, y las empresas y fondos que aportan capital se meten en alternativas más seguras. “No está para tirar manteca al techo”, diría mi abuela.
Vimos que la semana pasada Twitter despidió a la mitad de sus empleados. “No podemos permitirnos perder 4 millones por día“, dijo Elon Musk, su nuevo dueño. Meta (casa matriz de Facebook), también se encuentra con problemas, frenando contrataciones y uniendo equipos, para reducir costos.
Por qué en Latinoamérica es un beneficio
En rigor de la verdad, un empleado de USA es tremendamente caro (pensemos en un costo empresarial de 250k por año por cada uno de ellos), por lo que subcontratar en países latinoamericanos o en otras economías se vuelve algo redituable: en Argentina, un empleado saldría menos de la tercera parte. Tentador para cualquier empresa con problemas de fondos.
Obviamente no se pueden subcontratar todos los roles, siendo los de tecnología los más buscados para este “cambio geográfico”. El nivel de inglés claramente importa, teniendo que poder hablar con nativos de forma clara y entendible.
Sí considero que la “guita startup” va a empezar a escasear. “No hay dinero para idioteces” postuló un amigo, sin medias tintas. En definitiva, los inversores quieren ver retorno. Y nada más.