“El 80% de los estudiantes graduados de sistemas cobra más de 1000 dólares en Argentina”.
La afirmación no es cierta (creo), pero juguemos a que sí. Esta proporción invita a pensar “hey, 4 de cada 5 empleados gana más del doble que un docente, es por acá”. Sin embargo, hay un sesgo profundo y muy evidente dentro de esta métrica: solo cuenta a aquellos que trabajan. Es decir, que lograron el rol. ¿Los que hace un año buscan? No están en el denominador. No cuentan.
Esto es llamado “sesgo de supervivencia”, donde sólo se cuentan los casos de éxito que superaron cierto proceso, para evitar hablar de los fracasos. A menudo esto sirve para vender instituciones o capacitaciones. “El 90% de las empresas que trabajan con nosotros, aún nos elijen”. ¿Y las que no trabajan qué tal? ¿Se fundieron?
“El 85% de los chicos que vienen a esta escuela (privada) terminan el secundario”. Chicos que pueden comer todos los días, con sus necesidades resueltas, y pueden pagarla.
Pertenecer a un grupo de supervivencia no hace representativa tal selección. No hace especiales a los numeradores. Es solamente una selección muy recortada. Falsa. Y en estadística no hay nada peor que ocultar la verdad.